Nuestra historia comienza en Madrid en el año 1950, cuando Miguel Bellido Martín comienza a fabricar sus primeros cinturones de piel en un pequeño taller de la capital. Su profundo conocimiento del oficio y la atención a los pequeños detalles se convierten rápido en la seña de identidad de estas primeras creaciones.
El legado de este valioso conocimiento se fue transmitiendo a hijos y nietos, dando lugar una empresa familiar que combina la tradición artesana con la más novedosa tecnología, siempre en favor de la creación de complementos de calidad.
Durante todo este tiempo hemos crecido y evolucionado afrontado nuevos desafíos, hasta convertirnos en una marca reconocida mundialmente por nuestro saber hacer en la fabricación de artículos de piel.
Por todo ello, solo podemos dar las gracias a clientes como tú. Gracias por elegirnos y hacerlo posible. Gracias por permitir que sigamos entregados a este oficio milenario.